LA CALIZA, UN RECURSO POR TRADICION
Bérgamo es una región con una larga historia y experiencia en la producción de cal, cemento y carbonato de calcio.
Se extraen numerosos depósitos minerales para producir las más importantes materias primas utilizadas en la construcción y en la red de carreteras, pero también en muchos otros sectores industriales.
La extracción y la elaboración de la arena, grava, piedra y cal no son solo actividades funcionales de las compañías que operan en este sector, sino que constituyen la base del desarrollo de toda la comunidad local.
El suelo y subsuelo de nuestras montañas y llanuras son recursos indispensables. Constituyen un legado de historia geológica secular, que ha llevado a la actual morfología. El fenómeno de transformación ha creado una variedad de rocas de diferente composición mineralógica, calidad y características físico-mecánicas, que determinan su utilidad.
Se trata de un recurso natural de gran valor, que ha llevado a la construcción de industrias mineras de las más desarrolladas. Una realidad productiva moderna, que ha invertido en tecnología y recursos humanos.
Con 9.700 millones de Euros de valor agregado (y 156 mil empleados), Bérgamo es la segunda provincia industrial de Europa. (2015 datos de Confindustria)
Trabajadores en una cantera
en la provincia de Bérgamo
UN PROCESO ANTIGUO PARA LA PRODUCCION DE CAL
El uso de la cal se remonta seguramente a la prehistoria, aunque este material parece haber sido utilizado más frecuentemente en la Edad de Bronce.
El descubrimiento de la cal por parte del hombre prehistórico era probablemente similar al descubrimiento de la terracota, aunque si no es tan fácil. Excavando un camino en un terreno calizo, el hombre prehistórico notó que la piedra, que había estado en contacto con el fuego, después del enfriamiento, se había convertido en polvo. Este polvo formó una pasta plástica que, combinada con el agua, perdió luego su plasticidad y se convirtió en material sólido. Este fue el primer paso.
Mientras que la terracota ha sido ampliamente utilizada por todas las civilizaciones históricas, nuestro conocimiento sobre la cal se limita a civilizaciones específicas.
En Roma existía la corporación de los "Calcis Cottores" que había codificado también la forma y la función de un horno de cal o "fornax calcaria". Para tener mejoramientos sustanciales se necesitó esperar hasta la segunda mitad del siglo XVIII, cuando Lavoisier instauró la química como verdadera ciencia que permitió interpretar racionalmente los fenómenos químicos que rigen la producción de cal, su empleo y su comportamiento.
La provincia de Bérgamo, donde Cimprogetti fue fundada a fines de los años sesenta, está rodeada de numerosas montañas y bosques, y ha desarrollado una larga tradición en la producción de cales. En un manuscrito de 1781 fueron halladas 38 referencias a "calchere" (hornos de cal). El viejo horno de cal de aquel tiempo estaba compuesto por dos partes: la primera completamente enterrada era utilizada como quemador; la segunda, apilada encima de la primera con un diámetro ligeramente mayor, recibía la caliza cargada y era el lugar donde se llevaba a cabo el proceso efectivo.
“Calchera”
Horno de cal post medieval encontrado en la provincia de Bérgamo